Si
tú me quisieras como yo quiero,
sólo
con mirarnos tocaríamos el cielo.
Ay,
si tú me quisieras como yo quiero,
podrías
entenderme incluso en los silencios.
Porque
el amor que anhelo tocará mi alma
como
el trueno que desata la tormenta,
y
ha de ser compañero incluso al alba
para
seguir los dos la misma senda.
Hoy
quisiera cerrar esa ventana
que
abriste con tus dudas aquel día,
pero
he de estar seguro en la mañana
de
que tú me sigues queriendo todavía.
Quisiera
que la angustia contenida,
que
siente mi corazón enamorado,
pudiera
desterrarla yo algún día
con
la fe de que estarás siempre a mi lado.
Cuando
la tarde preceda ya al ocaso
y
la noche nos deje navegar por dulces sueños,
quisiera
acurrucarme entre tus brazos
y
sentir que al fin yo de tu amor soy dueño.
Que
las luces y sombras ya vividas
nos
sirvan de enseñanza y de recuerdo,
para
sentirlas como una suave brisa,
como
el bello despertar a nuevos besos.
Cuando
mi alma se anide con la tuya
y
veamos el fugaz destello de una estrella,
que
seamos como el cielo con la lluvia,
como
la luna que ilumina la vereda.
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