domingo, 4 de noviembre de 2012

La leyenda de Elisa y Roberto


Cuenta la leyenda que un rico comerciante alentado por una fiel sirvienta de los amores de Elisa su unica hija, hacia Roberto el hijo del panadero del pueblo,envió a la muchacha a la casa de unos parientes, alertando a los mismos de que cualquier nota o carta que intentase enviar, que no fuese dirigida a él , fuese destruida sin que ella lo supiese.
La muchacha partió una tormentosa noche, despues de haberse jurado horas antes amor eterno con Roberto y prometiendo escribirse diariamente, puesto que desconocia el tiempo que habria de pasar en casa de sus parientes.

Una semana mas tarde de la partida de Elisa, el padre empezó a divulgar rumores sobre una relacion de su hija con el hijo de unos viejos amigos de la familia. Destrozado el pobre Roberto, y con la imposibilidad de poder descubrir la verdad, partió del pais en busca de fortuna y con la esperanza de olvidar a la única que habia amado.
Mientras tanto la enamorada Elisa seguia escribiendo diariamente a su amor, desconociendo que sus cartas eran destruidas a las pocas horas. Extrañada de no recibir correo de Roberto, envio una carta a su padre, pidiéndole que la dejase regresar a casa.
Unos meses mas tarde, Elisa feliz y enamorada volvia a su hogar. Esperóo durante unos dias a que Roberto hiciese aparición por los jardines de la villa, pero su amor no venía. Extrañada por la ausencia de Roberto, Elisa preguntó inocentemente a su padre por las buenas nuevas del pueblo. El padre comenzó detallando las buenas ventas de sus productos, los viajes que había realizado en su ausencia y los muchos de regalos que la esperaban en la bodega.  Luego le relató los acontecimientos principales que habian acontecido en el pueblo, la boda del hijo del alcalde, la muerte del zapatero, la llegada la mundo del hijo del tabernero y, por último, que el joven Roberto habia marchado del pueblo en busca de fortuna y que, por lo que comentaban los lugareños, habia conocido a una muchacha, y se habia casado.

Cuando Elisa escucho que su amado Roberto se habia casado creyó morir, la pena se instalo en su mirada y ocultando las lagrimas a los ojos de su padre, marchó a la alcoba, donde dio rienda suelta a su dolor.

Pasaron los días y Elisa empeoraba, se negaba a comer e incluso a pasear por el jardin, encerrada en la alcoba día tras día, sin mas contacto con el mundo que las visitas de su padre para preocuparse cada día un poco mas por el estado de su hija.  Viendo que el dolor la estaba matando, decidió ir en busca del joven y consentir los amorios de ambos, pero la vida a veces da giros insopechados  y, cuando encontró al joven Roberto, en verdad se hallaba casado y muy bien situado economicamente. Roto de dolor por haberle causado tal aflicción a su dulce hija volvio al hogar con muchos regalos, para la joven, pensando que estos alegrarían el corazón de la misma. Pero ni los regalos, ni las joyas o vestidos, hicieron que Elisa volviera a sonreir.
Unos dias mas tarde la joven cayóo enferma y el padre mandó llamar a los mejores médicos de la provincia, pero ninguno hallaba la causa del mal que consumía a la jóven. Desesperado el padre mandó llamar a los mas ilustres, pero tampoco éstos daban con la causa de su mal.
Atormentado con la idea de que Elisa  muriera por su culpa, el padre partió hacia lugares lejanos, con la esperanza de encontrar un remedio para el mal de Elisa. Y en una recondita isla, un anciano del lugar, despues de escuchar la historia del comerciante sobre al enfermedad de su hija, le respondio: "Su hija parece que sufre de pena de amor y si no consigue que olvide a ese joven, esta pena la destruira"
-Eso quisiera yo- contestó el atormentado padre, pero por mas que hago no consigo ni una minima sonrisa, sus ojos están muertos, es como si no viesen el presente. Elisa vive en un mundo al cual yo no puedo acceder.
- Vaya al monasterio de la colina, cuente su historia al abad y éste seguro que le dará un remedio, contestó el anciano.
Sin pensarlo dos veces el padre emprendióo el camino hacia el monasterio y, una vez alli, pidio audiencia con el abad del mismo. Éste, despues de escuchar el relato, le pidio que le acompañara hasta el jardin. Pasearon por los hermosos jardines en silencio, hasta que se detuvieron frente a un hermoso rosal, de rosas azules.   Entonces el abad con mucha ternura cortó una de las hermosas rosas y se la entregó al comerciante. - Regálele esta rosa a su hija - dijo-, cuando respire el perfume de la rosa el dolor que habita en su corazón desaparecerá.
- ¿El perfume de la rosa? -preguntó extrañado el padre.
- Si - Esta hermosa y extraña rosa es conocida por la "Flor del Olvido", y solo actua sobre aquellos que en verdad han amado mas que a su vida misma. No pierda mas tiempo aqui y corra hacia Elisa cada segundo que pasa es vital para ella.
El padre partióo de inmediato hacia su hogar. Al llegar se encontró a toda la servidumbre cabizbaja y llorosaPensando que ya era demasiado tarde, y con el corazon destrozado, subió hacia la alcoba de Elisa encontrándola postrada en la cama, con la cara pálida como la cera y hermosa como un lirio. Arrodillado a su lado lloró desconsolado pero al inclinarse ante ella para depositar un beso en su frente, notó la calidez de una entrecortada y lenta respiración.   Alegrado por la idea de que Elisa aun vivia, cogio la rosa y la acerco a su nariz y, a medida en que la joven iba respirando la fragancia de la rosa, el color volvía a sus mejillas, mientras, el de la hermosa rosa desaparecía hasta volverse negra.
Elisa abrio los hermosos ojos verdes, y sonriendo a su padre le besóo. No recordaba nada de su pasado amoroso, volvía a ser la traviesa chiquilla llena de vida que hacia las delicias de su padre.  

 

Y colorin, colorado, este cuento se ha acabado.....

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