Amig@s he visto esta maravilla y no he podido
resistir la tentación de compartirlo con vosotros.
Creo que os va a gustar tanto como a mí, así que
a esperar la lotería de navidad (aprovechemos este año que no hay que dar la
mitad del premio a papá estado) para que podamos hacer este sueño realidad.
Venga: MIREMOS LA FOTO Y DESPUÉS DE LEER TODO LO
QUE NOS OFRECE ….. ¡A SOÑAR!!!!
De
palacete colonial a escondite 'chic'
Suelos
crujientes, techos infinitos, escalera de mármol y hora del té. Es la cara más
tradicional del Lastarria, uno de los hoteles-boutique más sugerentes de
Santiago de Chile. Se complementa con un moderno jardín vertical y una cata de
vinos a pie de su bucólica piscina.
“” Es una de esas casonas
señoriales con suelos crujientes, techos infinitos y burós en roble y con
solera. Pero también se apunta a los murales vanguardistas en el vestíbulo, a los
cupcakes más glamourosos para el desayuno (caseros siempre, eso sí) y a
los jardines verticales en el bucólico patio trasero. Clasicismo de diseño en uno de los primeros hoteles-boutique de
Santiago de Chile , el de Lastarria, levantando en una casa de
1927 en la que moró, durante un buen tiempo, la agencia de noticias española
EFE.
La
solemne fachada sigue siendo la original. Es más, cada vez que se pinta hay que
pedir permiso a las autoridades santiaguinas. Por si a alguien se le ocurre
cambiar el color... Dentro, en cambio, la remodelación ha introducido incluso
un ascensor, lo que no quita para que muchos sigan tirando de la preciosa
escalera de mármol, a consonancia con el suelo a rombos . También
llama la atención la lámpara de lágrimas y las baldosas de cerámica estampadas
en algunos pasillos y en esa mini-salita para esperar, café en mano.
Excursión
a los viñedos
El
hotel Lastarria se alza en el barrio capitalino del mismo nombre, cuna de
bohemios, artistas y gente guapa en busca de un café chic con terraza, una tienda de anticuarios ,
una galería o un mercadillo de jóvenes diseñadores en el que igual ofrecen
empanadas que un tocado hecho a mano o un bolso de cuero en forma de mariposa.
El
toque de color en las 14 habitaciones lo dan las flores naturales o alfombras
llamativas
Es el
ambiente que cuadra con el hotel. Y eso que, aun estando en el meollo de la
movida del barrio, no lo parece, ya que se
esconde en una callecita tranquila, semi-oculta casi . De ahí
que su piscina al estilo alberca sea lo más parecido a un refugio zen en el que
dejar pasar las horas, ya sea dentro del agua, acomodado en la hamaca o
apurando una cata de vinos locales.
Es
uno de los pluses que puede pedir al Lastarria.
Hay
más: clases de polo, excursiones a los copiosos viñedos que rodean Santiago o
un día de esquí en alguna estación cercana (si cae en invierno).
Baldosas
de cerámica
Dentro
del hotel, bastaría con disfrutar del lounge a pie de piscina o de la
hora del té acompañada, por ejemplo, de todo tipo de fiambre. O, simplemente,
de la habitación. Hay 14 (cuatro
suites ), sobrias pero acogedoras, alternando paredes claras con
muebles oscuros. El toque de color lo dan las alfombras, el cubre-colchón, ese
cuadro llamativo o las flores naturales acodadas en una esquina.
Si
sobra tiempo, puede hacer algo de ejercicio en el gimnasio, pequeño pero
coqueto, o lanzarse a por un masaje premium en el spa. Si es el
caso, calma, que también hay servicio de guardería para dilatar el homenaje acuático
cuanto haga falta... “”
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