domingo, 23 de febrero de 2014

La viejita malhumorada - (anónimo)





Esta es una historia que deberíamos recordar cada vez que nos encontramos con una persona mayor, esté sola o no. La mayoría de las veces estas personas siguen viviendo gracias a los recuerdos del pasado que les mantiene el alma joven.
Seamos conscientes de que en esta misma situación vamos a estar cada uno de nosotros o si no, como dice el refrán que tantas veces me repetía mi madre: “Por mi puerta has de pasar o la vida te ha de costar”.
 
LA VIEJITA MALHUMORADA


 

Qué ven hermanas?

Qué ven?
Qué piensan
cuando me miran?
Una vieja malhumorada,
no demasiado inteligente,
de costumbres inciertas,
con sus ojos soñadores
fijos en la lejanía.
La vieja que escupe la comida
y no contesta
cuando tratan de convencerla
“Dele, haga un pequeño esfuerzo”
La viejita, quien contra su voluntad,
pero mansamente les permite
que hagan lo que quieran,
que la bañen y alimenten,
sólo para que así pase el largo día.
Les voy a contar quién soy,
cuando aquí estoy sentada tan
tranquila,
tal como me ordenan,
cuando como por orden de ustedes.
Soy una jovencita de dieciséis años,
con alas en los pies,
que sueña que pronto
encontrará a su amado.
Ahora tengo veinticinco,
tengo mis hijos,
quienes necesitan que los guíe,
tengo un hogar seguro y feliz.
Soy mujer a los treinta,
los hijos crecen rápido,
estamos unidos con lazos
que deberían durar para siempre.
Cuando cumplo cuarenta
mis hijos ya crecieron
y no están en casa,
pero a mi lado está mi esposo
que se ocupa de que yo no esté triste.
A los cincuenta, otra vez,
sobre mis rodillas
juegan los bebés,
de nuevo conozco a los niños,
a mis seres amados y a mí.
Mis hijos se alejan,
tienen a sus propios hijos,
pienso en todos los años que pasaron
y en el amor que conocí.
Ahora soy una vieja.
Qué cruel es la naturaleza!
La vejez es una burla
que convierte al ser humano
en un alienado.
Recuerdo los días felices
y los tristes.
En mi pensamiento vuelvo a amar y vuelvo a vivir mi pasado.
Pienso en todos esos años
que fueron demasiado pocos
y pasaron demasiado rápido,
y acepto el hecho inevitable
que nada puede durar para siempre.
Por eso, gente, abran sus ojos,
abran sus ojos y vean!
Ante ustedes no está
una vieja malhumorada
ante ustedes estoy YO!!

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