Leamos este artículo con sentido común, aunque últimamente no sea el
más común de los sentidos.
EL CONSENSO PARA LA PROTECCIÓN DE LA MUJER EMBARAZADA EN
SITUACIONES DE VULNERABILIDAD, UNA ALTERNATIVA REAL
Y VIABLE AL ABORTO
El
Presidente de la Asociación de
Bioética de la Comunidad de Madrid (ABIMAD), Dr. José Jara Rascón,
ha puesto de manifiesto en Diario Médico cómo la apuesta por la protección de
la mujer embarazada ante situaciones difíciles es una alternativa real al
aborto, sobre la cual no debiera ser complejo alcanzar amplios consensos. Las
iniciativas legislativas autonómicas creando redes de apoyo a la maternidad así
parecen demostrarlo. El reciente Protocolo de Actuación Conjunta entre las Consejerías de
Familia, Sanidad y Educación de Castilla y León es, tal y como señala el
Dr. Jara, un buen ejemplo a seguir.
Por
el interés de este planteamiento, ofrecemos a continuación el artículo del
Presidente de ABIMAD así como el documento íntegro del Protocolo de Actuación Conjunta de CyL al que acabamos de
aludir.
LA LEY DEL ABORTO Y EL CONSENSO POSIBLE
José Jara Rascón, Presidente de la
Asociación de Bioética de Madrid
Diario Médico, 27/’1/2013 a 02/02/2014
Antes de ensalzar o criticar el nuevo Anteproyecto de
Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de
la mujer embarazada habría que comenzar por enfatizar el deber del personal
sanitario de leerlo de modo detenido y, a ser posible, libre de prejuicios o
ideas preconcebidas. El anteproyecto incluye modificaciones de varias de las leyes
sanitarias vigentes, incluyendo la Ley General de Sanidad, por lo que su
interés desborda al ámbito concreto de las interrupciones voluntarias del
embarazo, implicando también a atención primaria, Psiquiatría y trabajadores
sociales.
Probablemente, el cambio que se propugna en la
exposición de motivos del anteproyecto puede parecer desconcertante para
algunos, sustituyendo los plazos temporales por supuestos determinados. Es
posible que ello se deba a que las posiciones respecto al aborto han permanecido
anquilosadas durante décadas sin lograr resolver la circunstancia de
“conflicto” que plantea la situación del embarazo no deseado (concepto recogido
en el informe del Comité de Bioética de España 2009), con la peculiaridad de
que, como recuerda el anteproyecto, “esta situación no tiene parangón con otra
alguna, dada la especial relación del feto respecto de la madre”.
Por ello, este intento de definir adecuadamente los
valores y conflictos en juego no debería ser tomado a la ligera, haciendo
descalificaciones globales. En el camino hasta su final aprobación legislativa,
todos y quizás especialmente la Organización Médica Colegial (OMC), tendremos
la responsabilidad de aportar propuestas constructivas que mejoren la situación
actual para que el número de abortos no siga creciendo, con mínimos cambios, de
año en año como hasta ahora. La cifra de 112.390 abortos en el último año
evaluado no parece que socialmente pueda ser ocasión de orgullo.
Deberíamos recordar que el Enfoque estratégico de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) para fortalecer políticas y programas de
salud sexual y reproductiva 2008 mencionaba que cada país debería arbitrar las
medidas oportunas para que las mujeres no se vean obligadas a abortar. Por este
motivo, la discusión debería reconducirse para preguntarnos: ¿cuántas mujeres
desistirán de verse abocadas a un aborto gracias a que la sociedad les habrá
facilitado los medios para poder llevar su embarazo a término en mejores
condiciones? ¿Cuántos abortos se van a evitar con esta nueva reforma
legislativa? Quizás ese sería el objetivo que podría obtener mayor consenso:
lograr que un mayor número de mujeres embarazadas de modo inesperado no se
vieran tan condicionadas por situaciones adversas como para plantearse un
aborto.
Cuestiones sin resolver
Este planteamiento inicial, que es acorde con la buena
práctica clínica, puede orientar las diferentes cuestiones aún sin resolver que
suscita el anteproyecto: 1) Coordinación sociosanitaria imprescindible para
responder a la pregunta que se debe hacer a toda mujer: ¿qué necesita para no
verse en necesidad de abortar?” 2) Cómo atender los casos que no se incluyan en
los supuestos de la nueva ley, y 3) Clarificación del diagnóstico sincero que
se pide a los psiquiatras que intervendrán en la valoración mental de la mujer,
para evitar que se repita la situación a la que dio lugar el supuesto de
“riesgo para la salud psíquica” de la anterior ley de 1985, tal como se comentó
en el reciente XVII Congreso Nacional de Psiquiatría.
Con estos puntos aclarados, si el planteamiento de
reforma de la ley es de verdad el de no seguir dejando sola a la mujer con su
problema, el ámbito sanitario y de protección social tendría mucho que aportar,
ya que un falso respeto a la libertad de la mujer ha impregnado a la sociedad y
al médico en su trabajo diario, lo que nos lleva a un indiferentismo ético
preocupante.
Las situaciones que dan lugar a embarazos imprevistos
difíciles de asumir son múltiples: exclusión social, falta de apoyos
familiares, presiones laborales o del propio entorno, ausencia de recursos,
entre otras. Desentenderse de todo ello debería parecer, al margen de
ideologías, algo éticamente cuestionable.
Pero, ¿es posible un enfoque alternativo? Debería serlo.
Siete comunidades autónomas han aprobado ya iniciativas legislativas reales
creando redes de apoyo a la maternidad. Entre ellas, la comunidad de Castilla y
León ha logrado en 2013 coordinar un Protocolo Conjunto entre las Consejerías
de Familia, Sanidad y Educación dirigido a cambiar las situaciones que han
originado la demanda de aborto, ofreciendo un ejemplo que debería seguirse.
Este desarrollo legislativo fue aprobado sin votos en contra, lo que demuestra
que el consenso es posible.
Esta apuesta por una protección real de la mujer
embarazada, añadiendo simultáneamente la protección del concebido, manifestada
en el nuevo anteproyecto, precisará de una importante dosis de generosidad
social y de una amplitud de miras que lleve a nuestros representantes
sanitarios a no encasquillarse en posturas de cerrazón estéril que no conducen
a nada.
Por el contrario, desarrollar protocolos cooperativos
multidisciplinares y promover una mayor responsabilidad entre todos es lo que
podrá reunir un mayor consenso aunando voluntades para un mejor entendimiento
social.
Descargar
en pdf el “Protocolo de Actuación Conjunta entre las Consejerías de Familia e
Igualdad de Oportunidades, Sanidad y Educación para la atención y apoyo a la
mujer embarazada en situación de vulnerabilidad”(Junta de Castilla y León,
Valladolid, 23 de agosto de 2013), pinchando aquí.
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