El mosquito de la malaria abre la vía a nuevos anticoagulantes
Un
grupo de investigadores ha descubierto un mecanismo anticoagulante usado por el
mosquito de la malaria para alimentarse que podría abrir la puerta al diseño de
una nueva generación de fármacos anticoagulantes.
La
investigación, liderada por científicos portugueses, ha contado con la
participación de investigadores del Instituto Hospital del Mar de
Investigaciones Médicas (IMIM) y del Hospital de Sant Pau de Barcelona y ha
sido publicada en la revista PNAS.
Según
ha informado hoy el IMIM, el descubrimiento también podría ayudar en un futuro
en la lucha contra la propagación de la malaria.
La
investigación, liderada por el Instituto de Biología Molecular y Celular de la
Universidad de Oporto (Portugal), ha descifrado por primera vez el mecanismo
por el cual una sustancia llamada anophelina se une a una enzima, la trombina,
implicada en el proceso de coagulación sanguínea.
Los
investigadores creen que este descubrimiento abre la puerta, por un lado, al
diseño de una nueva generación de fármacos anticoagulantes con un
funcionamiento totalmente diferente al actual y, por otro, a la lucha contra la
propagación de la malaria diseñando inhibidores de esta sustancia.
La
anophelina es una sustancia que juega un papel esencial en la nutrición de un
número importante de parásitos como los mosquitos Anopheles, los causantes de
la malaria, o los murciélagos vampiro.
Éstos
necesitan alimentarse de sangre fresca e impedir que se coagule durante su
ingesta y, para ello, usan potentes inhibidores del proceso de coagulación que
afectan principalmente a la trombina.
Los
investigadores han descubierto que "la anophelina bloquea la trombina de
una forma novedosa y distinta a otras sustancias: es como la llave que entra en
la cerradura de una puerta salvo que en este caso la llave entra por el otro
lado", ha explicado el investigador Ricardo Gutiérrez Gallego, miembro del
grupo de Bioanálisis del IMIM.
El
trabajo partió de unos estudios recientes donde se describían unos inhibidores
de la trombina que tenían unas estructuras novedosas.
En el
caso del inhibidor producido por el mosquito Anopheles, la anophelina, se vio
que después de unirse a la trombina no se producía una degradación de proteínas
y se inició el estudio sistemático de todos los coagulantes que tienen las
distintas variantes de la especie de mosquito Anopheles.
Gracias
a la utilización de técnicas analíticas muy potentes y de gran sensibilidad se
pudo determinar y monitorizar en tiempo real las interacciones moleculares de
ambas, de la anophelina y la trombina, llegando a la caracterización detallada
de su estructura y de su interacción.
Los
investigadores también llevaron a cabo mutaciones de esta proteína, es decir
fueron cambiando un aminoácido cada vez, para poder averiguar así las partes cruciales
de la molécula en su interacción con la trombina.
La
formación de coágulos es un mecanismo complejo que tiene como finalidad
prevenir el sangrado tras sufrir un daño, pero también la formación de coágulos
puede desencadenar un infarto de miocardio o infarto cerebral, y en estos casos
la administración de anticoagulantes es fundamental.
En el
estudio, que ha durado tres años, han participado también el European
Synchrotron Radiation Facility (ESRF) de Grenoble y fue financiado por el
Ministerio de Ciencia e Innovación y por la Fundaçao para Ciencia e a
Tecnologia de Portugal. EFE
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