Acabo de leer este artículo de J. Sandoval
y, como estoy totalmente de acuerdo con él, he querido compartirlo con tod@s
para ver si somos capaces de despertar de este letargo y hacemos algo para echar,
de una maldita vez, a toda esta tropa de sinvergüenzas y caraduras.
La España oficial y la España real
Jake Sandoval
Cada día está más claro el divorcio de las dos Españas, la Oficial y la Real. La España Real es la del esfuerzo, la que gana poco más de mil euros de oficinista y paga mucho en IRPF, la España de los atascos de entrada a las ciudades, de los intercambiadores, del extrarradio, que aprende inglés por las noches, paga coches a letras, intenta que sus hijos entren en un colegio concertado, le pasa dinero a sus padres y ahorra para, por lo menos, poder escaparse una semana al año a algún lado. La España que ha visto como perdía poder adquisitivo por la entrada del euro. La España Real es la que admira a gente como Rafa Nadal o Amancio Ortega, que con su esfuerzo y sin depender del Boletín Oficial del Estado, han conseguido llegar a la cima mundial en su profesión.
La España Oficial es la que
gobierna nuestras instituciones. Hasta hace pocos años era la mediocridad lo
que caracterizaba a la España Oficial, pero ahora además se le ha unido la
corrupción. La España Oficial es la que representan las nuevas generaciones de
los partidos, gente que ni ha estudiado, ni se ha preparado, ni ha trabajado
nunca. La España Oficial es la que lleva casi 40 años subida al coche oficial,
aparcando en segunda fila y comiendo en Lucio y Horcher entre semana a cuenta
del contribuyente. La España Oficial es la España de las 17 autonomías en que
nadie controla las cuentas, llena de virreyes, empresas públicas, energías
subvencionadas e infraestructuras tan caras como inútiles. Donde no se requiere
hablar inglés, ni haber tenido experiencia en lo que trabajes. La España de los
sindicatos que se representan a sí mismos. La España Oficial son los
Urdangarin, Pajín, Matas, Camps, Bono, Pujol, Mas.... Todos los personajes que
hacen que la España Real tenga que apagar el telediario porque se le abre las
carnes de ver la gente que nos gobierna.
Al hacer
balance del año que está a punto de terminar hay una palabra que sobrevuela por
encima de todas las demás: crisis.
Una crisis que está golpeado con dureza a la España Real, que había creído el
eslogan oficial de que democracia y libertad irían unidas a prosperidad. Lo
único positivo es que por lo menos se ha avanzado en el diagnóstico, y éste en
líneas generales pasa por que la España
Oficial ha ido aumentando su control a demasiadas parcelas:
justicia, educación, los reguladores, las cajas de ahorro...
Si, 2012 fue
el año en que de verdad vinieron los recortes. Recortes a la España Real por
los aumentos de impuestos del IVA y
del IRPF.
Esperemos que el 2013 sea el año en que los recortes lleguen a la España
Oficial. La España Real necesita ver que las cosas van a empezar a cambiar y
que todo lo que ha sucedido no ha sido un terremoto o un tsunami imprevisible,
que la crisis tiene causas y culpables y que hay que poner mucho hormigón si
queremos que cosas así no vuelvan a suceder.
La España
Real está harta de ver vacías las filas del Congreso de los Diputados, mientras
los ve en los palcos de fútbol, en las mejores barreras de los toros, en
los restaurantes de más de cien euros cubierto y por supuesto siempre en clase business en los aviones. Cada día
que esto no cambia hay alguien que decide que a partir de ahora no se siente
representado por esa España. Y no hablo ni del 15M, ni de movimientos anti
sistema, sino de esa gran mayoría de personas que madruga todos los días para
intentar sacar honradamente su vida adelante y cuyo padre no es diputado
autonómico, su tía consejera de la caja de ahorros intervenida y su cuñado
diputado de la sexta fila de un parlamento autonómico.
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