domingo, 22 de septiembre de 2013

El Papa "Sin trabajo no hay dignidad"



Otra verdad como un puño.  Adelante con tu valentía, no cejes en este empeño tan loable de sacarnos del bache espiritual y humano en el que hemos caído por adorar no al becerro de oro sino al oro del becerro, y así nos va…..





EL PAPA :  "SIN  TRABAJO, NO HAY DIGNIDAD"

Denuncia los estragos de «un sistema económico mundial que tiene en el centro un ídolo llamado dinero»


En un encuentro con los trabajadores de Cerdeña dominado por el drama familiar de los desempleados, el Papa dejó de lado su discurso y les habló desde el corazón, denunciando los estragos humanos de «un sistema económico mundial que tiene en el centro un ídolo llamado dinero».
Con gran fuerza, el Papa denunció que «en este sistema sin ética, el mundo se ha vuelto idólatra del dios dinero. ¡Manda el dinero!». Para mantener ese sistema, explicó, «se ‘desecha’ a los últimos: los ancianos y los jóvenes. Se ‘desecha’ a los ancianos con una eutanasia escondida. Y se deja caer a los jóvenes, que no encuentran trabajo. ¡En el mundo hay ya dos generaciones de jóvenes sin trabajo! ¡Así no hay futuro!».
Francisco les dijo que hablaba de algo que había conocido bien en Argentina, y no sólo por los problemas recientes sino por experiencia familia pues «mi padre, cuando era joven, emigró a Argentina lleno de ilusión. Y sufrió la terrible crisis de los años 30. ¡Lo perdieron todo! ¡No había trabajo! Yo no lo vi, pero en mi casa oía hablar de este sufrimiento».
Igual que en Río de Janeiro el Papa fue a saludar a la gente por las calles antes del primer encuentro oficial con las autoridades, el primer acto de su visita a Cerdeña fue un encuentro con trabajadores a las 8.45 de la mañana, justo después de su llegada al aeropuerto de Cagliari.
El testimonio de un trabajador desempleado y de un pastor empobrecido que le regaló una bolsa de bandolera, le emocionaron de tal modo que el Papa que decidió dejar de lado su discurso, «que entregaré después a los obispos como si hubiese sido pronunciado, mientras que a vosotros os hablo del corazón».
Francisco subrayó que, aparte de las dificultades para mantener a la familia, la falta de trabajo «lleva a sentirnos sin dignidad», lo cual es una herida aún más profunda.
El fortísimo desempleo que sufre Cerdeña, «no es sólo un problema de Italia o de algunos países de Europa, sino la consecuencia de un sistema mundial, centrado en el ídolo del dinero, que lleva a esta tragedia».
Ante ese problema, «tenemos que ser astutos, y llamar a las cosas por su nombre. Y luchar juntos para que en el centro, al menos de nuestra vida, no esté un ídolo, sino el hombre, la mujer y la familia».
Al final, invitó a rezar a Jesús, «tú que eras carpintero y eras feliz. Señor, ¡Nos falta trabajo! ¡Los ídolos nos quieren robar la dignidad! ¡Los sistemas injustos nos quieren robar la esperanza!».
Poco después, el Papa saludó a docenas de enfermos en literas o sillas de ruedas en el santuario de Nuestra Señora de Bonaria (“Buen Aire”), la devoción extendida por los mercedarios entre los marineros y navegantes que terminó dando el nombre fundacional a la «Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de los Buenos Aires», donde nació Jorge Mario Bergoglio.
El programa del Papa incluye, por la tarde, encuentros sucesivos con los pobres y los detenidos, con representantes del mundo de la cultura y, finalmente, con los jóvenes, antes de emprender el regreso a Roma.


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