domingo, 8 de septiembre de 2013

Papa Francisco y venta armas en el comercio ilegal




Otra lección valiente de Francisco.  Como no tiene pelos en la lengua, cuando habla expone los problemas de una forma muy clarita, así que no se puede decir que no se entiende lo que dice.   Ojalá cale dentro de las conciencias de estos mal llamados "dirigentes políticos" que lo que dirigen son sus propios y pingües beneficios.
EL PAPA DENUNCIA LAS GUERRAS CREADAS "PARA VENDER ARMAS EN EL COMERCIO ILEGAL"

EFE

Pide continuar rezando por Siria, Líbano, Irak, Egipto y la negociación entre Israel y Palestina

Al día siguiente de la jornada mundial de ayuno y oración por la paz, el Papa Francisco volvió a pedir «que cese enseguida la violencia y la destrucción en Siria, y que se trabaje por una solución justa de ese conflicto fratricida».
Durante el rezo del Ángelus del domingo, el Papa abordó a fondo el problema de la guerra, especialmente las creadas artificialmente por los mercaderes de armas, e invitó a preguntarse si cada conflicto «es una guerra por problemas de verdad o es una guerra para vender armas en el comercio ilegal. ¡Hay tantas, tantas!».
El Santo Padre afirmó que «seguir a Jesucristo significa participar en su amor misericordioso por cada persona y por todas las personas».
En ese cuadro, «hay una guerra más profunda en la que debemos combatir todos: vencer el mal y escoger el bien, dispuestos a pagar personalmente el precio», y preguntó abiertamente: «¿Para qué sirve hacer tantas guerras si tú no eres capaz de hacer esta guerra profunda contra el mal?».
El Papa dio las gracias a todas las personas de todas las religiones y a todas las personas no creyentes que se sumaron a su convocatoria de ayuno y oración el sábado. Al mismo tiempo, insistió en que es necesario seguir rezando «para que cese enseguida la violencia y la destrucción en Siria, y que se trabaje por una solución justa de ese conflicto fratricida».
Invitó igualmente a rezar por el Líbano, «modelo de convivencia», por Irak, víctima de una violencia interminable, por las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, y por Egipto.
A diferencia del cansancio que se notaba en su rostro a las once de la noche del sábado, después de cuatro horas de plegaria en la plaza de San Pedro, el Papa tenía el domingo a mediodía buen aspecto, y mostraba de nuevo su sonrisa habitual.
Lo único que era igual a la noche anterior era la masiva presencia de fieles, que desbordaban otra vez la plaza de San Pedro y se extendían por la Vía de la Conciliación. El único título que Francisco usa alguna vez es el de «Obispo de Roma». Los romanos están orgullosos y acuden en gran número a acompañarle en cada ocasión.

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