Otra lección de sinceridad y valentía a la hora de presentarse como
persona humana que es.
Vamos a darle un voto de confianza en cuanto al rol de la mujer en
la iglesia.
EL PAPA FRANCISCO: "JAMAS HE SIDO DE DERECHAS"
El Santo Padre concede una entrevista a una revista jesuita en la que asegura que su «forma autoritaria de tomar decisiones« le ha llevado en el pasado «a ser acusado de ultraconservador»
El
Gobierno de la Iglesia, el papel de las mujeres, las posibles reformas, la
homosexualidad son algunos de los temas que el Papa Francisco aborda
en en una entrevista concedida este verano a la revista jesuita «La Civiltà Cattolica» y que ha
sido publicada este martes simultáneamente en otros 16 semanarios de la
Compañía de Jesús en todo el mundo.
El diálogo con el director de
esta revista, el padre Antonio Spadaro, se desarrolló durante tres sesiones los
días 19, 23 y 29 de agosto en la habitación que el Santo Padre ocupa en la
Casa Santa Marta. Durante los encuentros, el Pontífice ofrece su visión sobre
todo tipo de cuestiones, pese a reconocer su renuencia a conceder entrevistas
porque prefiere pensarse "las cosas más que improvisar
respuestas".
«De la Compañía me impresionó su disciplina porque soy un indisciplinado nato»
Durante las seis horas de entrevista, el Papa
se define como una "persona despierta", pero también
"bastante ingenua", que prefiere "el contacto
personal". "No estoy hecho a las masas", asegura. Entre sus
defectos, reconoce ser "un indisciplinado". Esa fue una de las
razones por las que entró en la Compañía de Jesús. "De la Compañía me
impresionaron tres cosas: su carácter misionero, la comunidad y la disciplina.
Y esto es curioso porque soy un indisciplinado nato, nato, nato. Pero su
disciplina, su modo de ordenar el tiempo, me ha impresionado mucho".
«Una entrada muy angosta»
Francisco también aclara que su
decisión de vivir en Santa Marta no tiene nada que ver con el supuesto lujo
del Palacio Apostólico. "Es antiguo, grande y puesto con buen gusto,
no lujoso", afirma el Pontífice, quien reconoce que prefiere su habitación
201 de la residencia porque "no me veía como sacerdote solo, tengo
necesidad de comunidad". El apartamento apostólico "es como un
embudo al revés. Grande espacioso, pero con una entrada de verdad muy
angosta. No es posible entrar sino con cuentagotas, y yo, sin gente no
puedo vivir. Necesito vivir mi vida junto a los demás".
El Santo Padre, quien fue
designado provincial de los jesuitas con apenas 36 años, explica que su
experiencia en puestos de decisión han cambiado mucho su punto de vista sobre
cómo debe ser su estilo al frente del gobierno de la Iglesia universal.
Al respecto, admite que el camino para elegir lo mejor en cada momento es el
"discernimiento" y "hacer las consultas necesarias".
"Mi forma autoritaria y
rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser
acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en
Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido
de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó
problemas".
No condenar a los homosexuales
Sobre las reformas que necesita
la Iglesia, el Papa prioriza "la de las actitudes" a las
"organizativas o estructurales". "Veo con claridad que lo que la
Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y
dar calor a los corazones de los fieles, cercanía y proximidad". Para
ello, urge a "acompañar a las personas a partir de su condición", y
eso también incluye a los homosexuales.
"En Buenos Aires recibía
cartas de personas homosexuales que son verdaderos 'heridos sociales',
porque me dicen que sienten que la Iglesia les ha condenado. Pero la Iglesia
no quiere eso", recuerda Francisco, quien señala que el rol de la
Iglesia no es transmitir un "conjunto de doctrinas".
«No podemos seguir insistiendo solo en el aborto o el uso de anticonceptivos»
"No podemos seguir insistiendo solo en
cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de
anticonceptivos. Es imposible (...) Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo
equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre
peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el
perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más
profunda e irradiante. Solo de esta propuesta surgen luego las consecuencias
morales".
El rol de las mujeres dentro de
la Iglesia es otro de los temas que vuelve a abordar el Santo Padre. Al
respecto señala que "es necesario ampliar los espacios para una presencia
femenina más incisiva en la Iglesia". Pero no solo es una cuestión de estar
o no estar. Francisco señala que "en los lugares donde se toman las
decisiones importantes es necesario el genio femenino".
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