Estados Unidos vuelve a hacer el paseíllo
Los españoles
Antón Cortés y Antonio Rosales, anunciados en una corrida de toros incruenta en
Denver el 19 de enero
La Fiesta
"goes to" América. Concretamente, a Denver, en pleno estado de
Colorado, donde el próximo sábado 19 de enero se anuncia una corrida de toros
incruenta en la que actuarán los espadas españoles Antón Cortés y Antonio
Rosales junto a un grupo de recortadores, también nacionales, de la empresa Tororecorte.
El ganado, siete astados, pertenecerá a la ganadería mexicana propiedad del
matador de toros Fabián Barba.
En sus
respectivos morrillos, los animales -cuatro para sendos lotes de lidia a pie y
tres más para recortes- lucirán una cobertura de velcro sobre la que se irán
"clavando" las banderillas. No habrá picadores ni suerte suprema como
ya sucedió en anteriores precedentes en Estados Unidos. ¿El escenario? Un
recinto habitual de rodeo, espectáculo por excelencia en aquellas latitudes.
Cubierto, con gran capacidad y que será readaptado a las necesidades propias de
un festejo taurino.
"A
través de un amigo, me ofrecieron participar en esta iniciativa y, en un
momento en el que la Fiesta recibe ataques por demasiados sitios, creo que es
la mejor manera de aportar mi granito de arena para difundirla y llevarla a
otros países, siempre por supuesto que sea con el respeto y el rigor que se va
a realizar, además coincide con el invierno español y con una etapa en la que,
como un montón de toreros, estoy toreando muy poco, pagando la coyuntura de la
crisis y el descenso de festejos", comenta el albaceteño Antón Cortés, que
cerró el pasado año con tan sólo cuatro paseíllos.
"Prefiero
estar en casa sin torear a hacerlo sin dignidad, la ética está por encima de
todo, soy joven pese a mis once años de alternativa y mi nombre suena porque he
medio funcionado unos años, así que con trabajo tienen que llegar más
oportunidades como ésta", analiza antes de calificar su próxima actuación
en Denver, donde se le asignará un intérprete personal nada más aterrizar este
mismo miércoles, como "una experiencia muy bonita y el escaparate
ideal" para recordar que sigue "en activo y con el deseo de aparecer
en las ferias".
Sobre la no
inclusión de la suerte suprema en la corrida norteamericana, Cortés no oculta
que "todo torero prefiere una Fiesta sin sesgos". Pero para un
mercado semidesconocido como este país "ya es un comienzo", puesto
que "a diferencia de Ecuador o Portugal que se ha pasado de un festejo
íntegro ya instaurado a suprimir la muerte, aquí se está aún gateando, dando
los primeros pasos para conocer este mundo tan bonito y ojalá puedan ser los
cimientos para ver una estructura sólida en una gran potencia de la importancia
y con el marketing que arrastra Estados Unidos".
De este
modo, la fría ciudad minera, incrustada en plenas Montañas Rocosas, recogerá el
testigo de Las Vegas, que ya vio de luces en 2009 a toreros como Ortega Cano,
El Cordobés o Javier Conde. Más reciente, en abril de 2011, queda la minigira
que realizó el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza por diversas ciudades del
país de la bandera de barras y estrellas.
No en vano,
incluso Estados Unidos ya cuenta con plazas de toros y espectáculos habituales
en El Paso y La Gloria (Texas) o las californianas Modesto, Thorton, Dustin,
Laton y Turlock. Todas ellas enclavadas en el conocido como valle de San
Joaquín, epicentro taurino en USA, con permiso del prestigioso Club Taurino de
Nueva York, fundado en 1961 y que ronda el doble centenar de socios. Tal vez,
sus socios más veteranos fueron testigos directos de las dos actuaciones (el 17
y 30 de julio de 1927) aún como becerristas de Manolo y Pepe Bienvenida en la
hoy ciudad de los rascacielos.
Ahora, más de 85 años
después, llega el turno de Antón Cortés y Antonio Rosales. Denver olvidará por
unas horas el retiro vacacional de sus pistas de esquí y los pases de Peyton
Manning, millonaria estrella de sus Broncos de la NFL de fútbol americano, para
latir al son de la embestida del toro. Olés con acento yankee.
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