jueves, 11 de octubre de 2012

Poemas - Cuando me llegue el momento y Qué nos diremos

Estos dos poemas son uno para mi despedida y otro para mi feliz reencuentro con los que me han precedido. 




CUANDO ME LLEGUE EL MOMENTO
Cuando me llegue el momento, al término de mi vida,
quisiera tener tus manos cogiditas a las mías,
que hay veces que el corazón no es capaz de hacer hablar
y callamos muchas cosas que no debemos callar.

Cuando me llegue el momento de pasar al otro lado,
quisiera tener muy cerca a todos los que he amado.
Que mi mente no recuerde más que los buenos momentos
y que mi equipaje llene únicamente de sueños.

Cuando me llegue el momento de romper con mis cadenas
que, aunque me duela dejaros, vuestro amor borre mi pena.
Quisiera que al fin hablara solamente el corazón,
que de mis labios salieran sólo palabras de amor.

Cuando me llegue el momento quiero que tengáis presente,
que velaré por vosotros, aunque yo ya no esté enfrente.
Que pronto estaremos juntos porque así Dios lo ha querido,
que yo os estaré esperando, para mostrar el camino.

Cuando me llegue el momento de marcharme ya de aquí,
que exprese agradecimiento por todo lo que recibí.
Que la gente me recuerde con un poco de cariño
y que sean benevolentes, como cuando éramos niños.

Cuando me llegue el momento quisiera que mis amores
me reciban con cariño y que acallen mis temores.
Que yo me encuentre con ellos llenos de paz y armonía
y que el resto de los tiempos sea como el primer día.

Cuando me llegue el momento hazme recapacitar, Señor,
sobre el mal que yo haya hecho, para así pedir perdón.
Tú que eres dueño, Señor, del tiempo y la eternidad,
quisiera yo con tu amor poder al fin descansar.
B.R.O.






QUÉ NOS DIREMOS

Qué nos diremos,
al mirarnos a los ojos, qué nos diremos….
Qué sentiremos,
después de tanto tiempo, qué sentiremos….

Vosotros habéis visto pasar mi vida,
yo sólo tengo el recuerdo de la vivida,
andando por caminos juntos o a solas
pero siempre enlazados como las olas.

Quizás los sentimientos puedan con todo.
Tal vez este reencuentro nos muestre el modo
de mandar al olvido tiempos de enojo
que llenaron de lágrimas nuestros ojos

Sombras y penas
que vagaban sin rumbo por nuestras venas.
Huecos vacíos
que al corazón llegaban por los perdidos.

Y ahora es el cielo
el que nos brinda nubes de terciopelo.
Tiempos felices  
porque Dios borra todas las cicatrices.


                                                                                    B.R.O.

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