Este poema que adjunto está dedicado a uno de los animales más bellos de la tierra.
¡¡TORO!!
Cuando suenan los clarines y timbales
y se abren de par en par los dos portones,
el verte ahí provoca grandes sensaciones,
nos inspiras las faenas más triunfales.
Sales demostrando tu arrogancia.
Te preparas a enfrentarte al desafío.
Al aire agitas tu divisa con prestancia.
Nos muestras ese porte tan bravío.
En ti quedan prendidas las miradas
mientras recorres el albero complacido.
En la plaza revoleras enlazadas
que hacen que el aire quede contenido.
Revolotean capotes en el ruedo,
creando gran revuelo en el tendido.
Consigues que el corazón sea fuego vivo,
nos haces que toquemos hasta el cielo.
Verónicas, medias verónicas, chicuelinas,
pases de delantal y naturales,
redondos con largura, manoletinas,
el delirio inunda a todos a raudales.
Embistes con pasión y con tronío.
Meces el aire como el mar a las sirenas.
Sentimos un sabor a sol y a arena.
Nos dejas el regusto de un gran vino.
B.R.O.
| |
No hay comentarios:
Publicar un comentario