Entrañable historia para nuestra gente joven y no tan joven. Deberíamos aprender de la honestidad en el
quehacer de la gente. En la paz como en
la guerra no debemos nunca olvidar el honor y la humanidad.
DESPUÉS DE 44 AÑOS SUPO
POR QUÉ SU ENEMIGO LE PERDONÓ LA VIDA.
El 20 de diciembre
de 1943, despegaba del campo de aviación RAF Kimbolton (Inglaterra) el
bombardero B-17, llamado Ye Olde Pub, de la United States Air Force (USAF) con
la misión de bombardear una fábrica de aviones en Bremen (Alemania). La
tripulación de la aeronave estaba compuesta por Bertrand O.Coulombe, Alex
Yelesanko, Richard A. Pechout, Lloyd H. Jennings, Hugh S. Eckenrode, Samuel W.
Blackford, Spencer G. Lucas, Albert Sadok, Robert M. Andrews y al frente de
todos ellos el joven teniente Charles L. Brown
Consiguieron
realizar la misión pero a un alto precio… el artillero de cola había muerto y 6
tripulantes más estaban heridos, el morro estaba dañado, dos motores fueron
alcanzados y de los dos restantes sólo uno tenía suficiente potencia, el
fuselaje estaba seriamente dañado por los impactos de las batería antiaéreas y
los cazas alemanes, incluso el piloto Charlie Brown llegó a perder la
consciencia momentáneamente. Cuando Charlie despertó consiguió estabilizar el
avión y ordenó que se atendiese a los heridos.
Cuando
pensaba que bastante tendrían con mantener la aeronave en el aire, llegó lo
peor… un caza alemán en la cola. Todos pensaron que ya había llegado su
momento, pero el caza en lugar de disparar se puso en paralelo del bombardero.
Charlie giró la cabeza y vio cómo el piloto alemán le hacía gestos con las
manos. Así se mantuvo durante unos instantes, hasta que el teniente ordenó a
uno de sus hombres subir a la torreta de la ametralladora… pero antes de poder
cumplir la orden, el alemán miró a los ojos a Charlie le hizo un gesto con la
mano y se marchó. A duras penas, y tras recorrer 250 millas, Ye Olde Pub consiguió
aterrizar en Norfolk (Inglaterra). Charlie contó a sus superiores lo ocurrido
pero éstos decidieron ocultar aquel acto de humanidad. Pero el teniente no lo
olvidó…
¿Por qué no los había derribado?
En 1987, 44
años después de aquel suceso, Charlie comenzó a buscar al hombre que les había
perdonado la vida a pesar de no saber nada de él y, mucho menos, si todavía
estaba vivo. Puso un anuncio en una publicación de pilotos de combate:
"Estoy
buscando el hombre que me salvó la vida el 20 de diciembre de 1943."
Desde
Vancouver (Canadá), alguien se puso en contacto con él… era Franz Stigler.
Después de cruzar varias cartas y llamadas de teléfono, en 1990 lograron
reunirse.
Fue
como encontrarse con un hermano que no veías desde hacía 40 años.
Tras
varios abrazos y alguna que otra lágrima, Charlie le preguntó a Franz:
¿Por
qué no nos derribaste?
Franz
le explicó que cuando se puso en su cola y los tenía en el punto de mira para
disparar, sólo vio una avión que a duras penas se mantenía en el aire, sin defensas
y con la tripulación malherida… no había ningún honor en derribar aquella
aeronave, era como abatir a un paracaidista. Franz había servido en África a
las órdenes del teniente Gustav Roedel, un caballero del aire, que les inculcó
la idea de que para sobrevivir moralmente a una guerra se debía combatir con
honor y humanidad; de no ser así, no serían capaces de vivir consigo mismos el
resto de sus días. Aquel código no escrito les salvó la vida. Trató de guiarlos
para sacarlos de allí, pero tuvo que desistir cuando se acercaban a una torre
de control alemana; si hubiesen descubierto a Franz habría supuesto la pena de
muerte.
Durante varios años compartieron sus vidas y en 2008, con seis meses de diferencia, fallecieron de sendos ataques al corazón. Franz Stigler tenía 92 años y Charlie Brown 87.
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