El día en que Juan XXIII y Pablo VI también se
plantearon renunciar como Papa
La renuncia de Benedicto XVI ha sacado a la luz la opinión que los Papas
precedentes tuvieron sobre este asunto.
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Sin embargo,
lo que no se ha contado es que no hay que irse tan lejos en el tiempo para ver
a Papas que realmente meditaron y de manera seria la posibilidad de renunciar
al Pontificado. Y hablamos del siglo XX, con Juan
XXIII y Pablo VI .
Sobre estos
hechos pocos conocidos se habla en un artículo de Religión
en Libertad , que recoge el testimonio de Marco Roncalli
periodista y sobrino del conocido como el "Papa Bueno".
En este
sentido, Roncalli recuerda que Pablo VI se planteó seriamente la posibilidad de
presentar la renuncia aunque nunca decidió hacerlo público. No fue hasta veinte
años después de la muerte del Papa Montini cuando su confesor, el cardenal
Paolo Dezza aseguró que "Pablo VI
habría renunciado si hubiera podido , pero me decía: ‘sería un
trauma para la Iglesia’ y no tuvo el coraje de hacerlo".
Menos
conocida es la historia de Juan XXIII, que pasará a la historia por convocar el
Concilio Vaticano II. En sus últimos meses de Pontificado se veía abrumado por la responsabilidad en
el Concilio y por sus problemas de salud lo que le hizo también
plantearse la renuncia.
Marco Roncalli
pudo saber este hecho gracias al exsecretario del Pontífice, monseñor Loris Francesco Capovilla ,
que aún vive con 97 años y que aparece en unas memorias.
De este
modo, recordada:
"Está
nítidamente esculpida en mi memoria la conversación que mantuve la tarde de un
viernes de cuaresma de 1963 con el obispo Alfredo Cavagna, confesor y consejero
de Juan XXIII, y cuyo contenido puse inmediatamente por escrito. Monseñor
Cavagna salió de la habitación del Papa después de haber escuchado su confesión
y de haberse entretenido largo rato hablando con él sobre los esquemas del
concilio. Me mandó llamar a la sala, suponiendo que quizá yo ya sabía algo, y,
sin preámbulos, me dice que el Papa no puede renunciar. Que lo excluye Pío XII
en la constitución De Sede apostólica vacante del 8 diciembre de 1945, y me
cita el párrafo 99. Es evidente que durante el transcurso de la conversación
Juan XXIII había considerado su estado de salud y en previsión de la enorme
cantidad de trabajo necesaria para la prosecución del Concilio, d ebió de declararse dispuesto a renunciar al
papado . Respondí a
Monseñor Cavagna: ‘Conozco la constitución de Pío XII, leída durante el
Cónclave en 1958. Con aquella exhortación, Pío XII alentaba al designado a
aceptar el voto de los cardenales electores y a no sustraerse a la voluntad
divina. Pero no toca en absoluto la tecla de la renuncia, monseñor’. Monseñor
Cavagna no volvió a insistir y tampoco volvió a plantearme el argumento. Y el
papa Juan XXIII, a mí, directamente, no me hizo declaración alguna en este
sentido. En él, el abandono en Dios iba sólidamente unido a su fe. Voluntas
Dei, pax Nostra, decía".
Tras esta
angustiosa conversación queda de manifiesto esta posibilidad como al menos
planteada. En la memoria, Capovilla añadía que "a las personas que estaban
tentadas de dimitir de sus cargos, Juan XXIII solía decirles: ‘el buen
eclesiástico no presenta su dimisión. Somete su situación a la autoridad
superior y deja que esta decida...".
La decisión de Juan Pablo II
Pero es del
Papa que falta en estas páginas, Juan Pablo II, del que más se ha hablado
durante años de una posible renuncia y también vino a la cabeza el pontífice
polaco tras el anuncio de Benedicto
XVI .
El momento más rocambolesco
se produjo en el 2000 con la enfermedad de Juan Pablo II y todo lo que se
escribió sobre el caso. En este sentido, Roncalli recupera igualmente las
declaraciones que hizo en 1996 el cardenal austriaco, Franz Koenig cuando se le
preguntó por este asunto. Aseguraba que "el Papa sabe, y ha dicho, que la
elección de un nuevo Pontífice cuando el anterior está todavía vivo sería un
problema. Con un Papa ´jubilado’ y otro en
el Vaticano la gente se preguntaría cuál de los dos cuenta ".
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