Por lo menos
durante una temporada se podrá viajar tranquilo en el metro, ese lugar por el
que transita casi todo el mundo y en el que se comenten un montón de hurtos
que, como la ley es tan permisiva en cuanto a cuantía, se quedan sin solucionar
y los mangantes se van de rositas.
A este
respecto yo propondría, si no se les puede meter en la cárcel o deportar en el
caso de extranjeros, hacerles que, además de devolver el dinero robado,
trabajen para la comunidad por el importe robado, seguro que si se hiciera así
con todos los ladrones (incluídos los de guante blanco o importantes) más de
uno se pensaría muy mucho las cosas antes de cometer ese robo.
Ya hay
demasiada gente en las cárceles que lo único que hacen es que la sociedad
encima tenga que mantenerles a cuerpo de rey.
A DEVOLVER Y
A TRABAJAR!!!!
DETIENEN A LAS CINCO CARTERISTAS MÁS ACTIVAS DEL METRO DE MADRID (el clan de las bosnias)
ELMUNDO.es
La Policía
Nacional han detenido a las cinco carteristas más activas del Metro de Madrid.
El conocido como 'clan de las bosnias' llevaba más
de 10 años cometiendo hurtos en las estaciones más frecuentadas
por turistas. Entre todas las arrestadas suman más de 330 antecedentes
policiales por hechos similares.
Además, con
esta operación policial, y por primera vez en la capital, la autoridad judicial
ha impuesto a las cinco arrestadas la medida cautelar la prohibición absoluta de acceder a cualquier
instalación del Metro de Madrid o Madrid Sur.
La
investigación comenzó el pasado mes de diciembre cuando los agentes, gracias al
análisis del historial delictivo de varias mujeres que habitualmente se
dedicaban a sustraer carteras en el Metro de Madrid, constataron que cinco de
ellas, de nacionalidad bosnia, formaban el
grupo más activo de de este tipo de delitos.
Esta banda
de ladronas, que llevaba delinquiendo en el suburbano más de 10 años, estaba
perfectamente estructurada, con un claro reparto de funciones cuando cometían
los hurtos.
Su líder, Raifa I., de 30 años de
edad, era la más veterana del grupo y se encargaba de coordinar los robos,
distribuyendo al resto por "las zonas de trabajo" y
"marcando" a las víctimas.
En un
escalón inferior se encontraba Zahida I,
de 36 años, dedicada exclusivamente a perpetrar las sustracciones gracias a su
experiencia en "picar" carteras. Por último, la función de distraer a
la víctima o tapar la acción para que nadie se percatara del robo, era
realizada por las otras tres mujeres.
El modo de
actuar que utilizaban era siempre el mismo. Las cinco mujeres se desplazaban
desde la localidad madrileña de Leganés hasta las estaciones más frecuentadas de
la ciudad, donde intentaban pasar desapercibidas simulando ser turistas.
Normalmente elegían los días en los que se celebraban en el centro de la
capital actos a los que solían acudir gran cantidad de personas, como partidos
de fútbol, conciertos o manifestaciones. Una vez que habían seleccionado a su
víctima, casi siempre cargada con maletas o mochila, ponían en práctica
diferentes técnicas para cometer los hurtos.
Una de estas
técnicas es la conocida como el 'método del
tapón'. Aprovechaban la subida o descenso de los viajeros de
los vagones, al tiempo que varias de las arrestadas usaban su propio cuerpo
para propiciar una leve aglomeración de personas. En ese momento, Zahida ponía
en práctica su habilidad y aprovechaba la situación para apoderarse de los
efectos de algún usuario del Metro. En otras ocasiones, las detenidas se coordinaban y cometían el robo cuando la
víctima subía por las escaleras y, al cargar con el equipaje,
descuidaba sus pertenencias.
En todos los
casos, y una vez con la cartera en su poder, una de ellas abandonaba el lugar
rápidamente utilizando una chaqueta o periódico a modo de 'muleta' para
esconder el objeto sustraído. Cuando se consideraba fuera de peligro cogía el
dinero y se deshacía de la cartera, arrojándola a una papelera o por el hueco
del ascensor. Finalmente, de forma inmediata, repartía el beneficio obtenido
con el resto.
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