martes, 29 de octubre de 2013

Terroristas en libertad - Concentración en Colón - Madrid

Desgraciadamente y mal que me pese, los chistes vienen que ni pintado a la situación que estamos viviendo.  Si los españoles tuviéramos la misma "gracia" para eliminar a toda clase de fascinerosos y criminales, este país sería parte del paraíso.





Quería haber podido compartir con vosotros, el mismo día 27, los sentimientos tan encontrados que tuve, con motivo de la concentración en Madrid, por las víctimas del terrorismo pero, como dice el refrán: - “el hombre propone y Dios dispone-” he tenido problemas con el ordenador y eso me ha retrasado.

Hace unos días leí esta frase:
“El pasado siempre está ahí para tentarnos y puede incluso cantar en las paredes”
y creo que hoy viene muy bien para este caso.  Lamentablemente existen dos formas de que ese pasado nos cante, una para las víctimas, sobre todo para las que han perdido a sus seres queridos y sufren el dolor de no poder abrazarlos físicamente y la  otra, la de los asesinos, cuya visión del pasado es más gloriosa porque piensan que eso es lo que tenían que hacer por no sé qué problema político que lo justificaba.



Dos pasados y dos cantares de las paredes diferentes que volvieron a los corazones de todos los que estuvimos en Colón.  El cantar de las víctimas era sólo pidiendo justicia para esas atrocidades premeditadas porque, aunque ninguno de sus muertos había hecho daño alguno a los que les mataron, no querían venganza únicamente que cumplieran con las condenas que se les habían impuesto.  El cantar de los verdugos, sin la más mínima duda, sería la del triunfo y la alegría por haber vencido.

Cuando los políticos de un país permiten llegar a esta situación, en la que tienen más derechos los que cometen tropelías que los sufridores de las mismas, huele a podrido.  Claro que la culpa no es enteramente suya, nosotros, síiii nosotros,  la mayoría silenciosa que aprovechamos a echar sapos y culebras por la boca mientras tomamos una caña, no hacemos nada por exigir nuestros derechos y  hacer que las cosas cambien.

No hay que esperar a que se nos hinchen las narices y empecemos a pegarnos entre nosotros (que alegría tan grande se llevarían los que nos están provocando), noooo, hay que hacer todo el ruido posible para que, esos que dicen que nos representan, vean que no nos representan cuando toman decisiones tan cobardes,  que no nos representan cuando acatan con tanta rapidez y se esconden bajo las decisiones de otros que no han sufrido ni de cerca lo que estamos sufriendo aquí, cuando nos vejan, cuando cualquiera que venga de donde venga tiene más derechos que los que tenemos los que pagamos con nuestro esfuerzo y nuestros impuestos para levantar este país, etc. etc….

Ojalá y demos un paso al frente con energía y unión, porque si no lo que vamos a dejar a nuestros hijos va a ser una mmmmmm.


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