Precioso verso
que refleja lo que deberíamos sentir todos sin escuchar los "intereses
políticos" de unos y otros.
NUESTRA BANDERA
Alfonso Ussía
En cualquier momento se quitarán la
careta. Los comunistas odian a España y su unidad. Se sostienen en su falso
internacionalismo, pero la realidad es que aborrecen lo español. Cuando
influían en la gobernación, metían en las checas de Madrid a los que gritaban
¡Viva España! en lugar de ¡Viva Rusia! No han cambiado. Y no te olvides de un
dato. Antes que separatista y terrorista, la ETA ha sido comunista.
Esto – y más –,
me lo decía apasionada y vehementemente Fernando Arrabal en la biblioteca de
ABC durante la noche de su «Cavia». Y se ha cumplido su vaticinio. Ya se han
quitado la careta. Cayo Lara, el de Argamasilla de Alba, se ha unido con todos
los suyos al separatismo catalán. Hágase un repaso de los apoyos que al amparo
del PCE o de IU han prestado en los últimos treinta años y tendrá que
declararse ingenuo todo aquel que se haya sentido sorprendido por la presumible
novedad. Una República Federal y socialista. Lo escribía ayer una inteligente
tuitera. «Si todas las autonomías se adelantan y se declaran independientes...
sólo Cataluña será España». Se me ha olvidado recordar el detalle. Fernando
Arrabal, el creador del «Teatro Pánico», el genial melillense exiliado en
París, fue comunista.
No sé qué
bandera nos quieren imponer los de Cayo Lara. En sus manifestaciones abundan
las feas tricolores entre las rojas soviéticas. Las segundas ya no tienen
sentido porque la URSS desapareció y en Rusia han recuperado la bandera de los
Zares. Ahora, cuando ondea al viento una bandera roja la gente se pregunta si
será la de Ferrari o la del Banco de Santander. La tricolor tampoco se ha
adaptado a las circunstancias. Sería mal recibida por todos los españoles que
no fueran castellanos, porque la franja morada sólo representa a Castilla. «No
queremos la Bandera que se inventó Franco», decía un imbécil ignaro pocas
semanas atrás en una intervención pública. Le cuento. El 28 de mayo de 1785 no
había nacido Franco. Las banderas de España, Inglaterra y Francia se confundían
en las distancias de la mar. Y Carlos III, que no conoció a Franco, inspirándose
en los vivos colores de la Señera del Reino de Aragón, creó la bandera de la
Real Armada, que pocos años más tarde, se convirtió en la Bandera de todos los
españoles, incluidos los constituyentes de la Primera República, que fueron
respetuosos con el símbolo común: «Para evitar los inconvenientes y perjuicios,
que ha hecho ver la experiencia, puede ocasionar la Bandera Nacional de que usa
mi Armada Naval y demás embarcaciones españolas, equivocándose a largas
distancias o con vientos calmos con las de otras naciones»... Así principia el
Decreto del Rey firmado en Aranjuez un siglo antes del nacimiento de Franco.
Me emociona la
recomendación de «LA RAZÓN». Contra los separatismos, la Bandera. Y más aún, en
esta semana de las Fuerzas Armadas, los españoles más sacrificados y decentes.
En Valladolid, en su Palacio Real, hoy sede militar, junto al claustro, se
pueden leer unos versos sencillos, sin pretensiones, grabados en una lápida de
mármol que hoy quiero hacer míos:
«España somos tú y yo,
y el hogar que nos ampara,
la tumba de nuestros padres
y el jardín de nuestra casa.
España es el cielo azul
que amanece en tu ventana,
y las montañas agrestes
que te velan y te guardan.
España es el limpio orgullo
de la historia de tu raza,
es el incierto futuro
donde pones tu esperanza,
y es tu voluntad de ser
español, cada mañana.
España son tus costumbres
y el idioma en el que hablas,
y el pan de trigo que comes
también es un poco España.
España es el Padrenuestro
que rezas por la mañana,
y el rojo y gualda que pone
ese nudo en tu garganta.
España es el pulso alegre
de tu sangre alborotada,
porque el futuro que es tuyo
también lo será de España.
España es la fe que tienes
en tus padres y en tu casa,
y cuando todos te falten
estará contigo España».
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