EL MÉDICO QUE REGRESÓ DEL MÁS ALLÁ
- Eben Alexander cuenta su experiencia ultraterrenal en el best-seller internacional «La prueba del cielo»
Sostiene
el doctor Alexander (un hombre alto y afable al que le gusta lucir pajarita),
neurocirujano con 25 años de profesión, que el cielo existe. Él vivió hace
cuatro una experiencia única que no fue un sueño y de la que ha regresado. Se
definía como una persona escéptica (en el libro se refiere a sí mismo como «el
hombre que era antes»). Sin embargo, después de la experiencia por la que
estuvo un tiempo en coma, se decidió a escribir lo que había vivido. «La prueba
del cielo» (Zenith) acaba de editarse en España. Todo empezó el 10 de noviembre
de 2008. Tenía el médico 54 años y se despertó en mitad de la noche con un
terrible dolor de cabeza. Trató de aliviarlo, pero no remitía. En un par de
horas, la situación desembocó en un derrame cerebral. La bacteria E. coli había
invadido su cerebro. La situación era de extrema gravedad.
Fueron
siete días decisivos en su vida: «Viví una experiencia extraordinaria y decidí
plasmarlo en un texto. Me cambió totalmente lo que viví. La meningitis severa
había eliminado, temporalmente al menos, lo que tenía almacenado en mi cerebro.
Los doctores que me atendieron no sabían cómo iba a salir de aquello ni cómo
sería mi recuperación. Mi cerebro estaba seriamente dañado». Cuando regresó a
la vida y sus colegas se dieron cuenta de que las secuelas eran prácticamente
inexistentes, decidió que tenía que hacer partícipes a los demás de aquel
viaje: «Escribí 20.000 palabras en seis semanas. Sabía que mi vida ya no iba a
ser igual, que aquella experiencia me había cambiado para siempre. Anoté todo
lo que recordaba e hice caso al consejo de mi hijo, no leer nada que se hubiera
escrito antes sobre este tema», asegura. Él no vio un túnel, pero sí fue
consciente de ascender por un valle estrecho y oscuro a través del cual llegó a
otro con una luz impresionante. «Es el lugar más extraordinario y bello que
jamás haya podido visitar», dice. ¿Qué vio? «¿Aves? ¿Ángeles? Estas palabras
aparecieron en mi cabeza cuando estaba escribiendo mis recuerdos. Pero ninguna
de ellas consigue hacer justicia a aquellas criaturas, totalmente distintas a
cualquier cosa que jamás hubiese visto en este planeta. Eran más avanzadas.
Superiores», escribe en el libro. Así, está seguro de que «hay otra vida, que
la muerte no es un punto final. Me he enriquecido como profesional de la
medicina y como persona. Ahora me considero mucho más un científico que antes,
pero me doy cuenta de que el materialismo simplista que regía mi vida antes de
caer en el coma no me da armas para explicar los grandes enigmas del universo.
Me he replanteado mi lógica científica».
Regreso a la Iglesia
En
el libro, Alexander cuenta cómo fue su regreso a la Iglesia: «Cuando iba antes,
lo hacía por las razones que cualquiera, el compromiso social, la ayuda a los
demás, el disfrutar con los sermones. Pero aquello se me quedó corto cuando
descubría la verdadera razón: una celebración de la fe en Dios. Cuando regresé
me sentí abrumado por las muestra de cariño. Fui entonces absolutamente
consciente de la presencia de Dios y de su amor. Supe lo que significaba la
Comunión: aceptar el amor incondicional de Dios. Y me conmovió». señala. El
libro, traducido en 35 países, ha ocupado durante más de 25 semanas la cabecera
de los más vendidos de «The New York Times». Su rostro se ha hecho popular en
EE UU y su visita al programa de Oprah Winfrey fue un acontecimiento.
Un caso que ha llegado a Hollywood
La
«fábrica de sueños» no tardó en poner al doctor Eben Alexander en el punto de
mira de sus proyectos. Todo señala a que será Universal Pictures quien lleve a
imágenes «La prueba del cielo» tras comprar los derechos para adaptar el libro.
«Lo que viví fue tan personal que pensé que podría ser posible rodar una
película sobre esto. Me parece que lo que describo en el libro, cómo era aquel
lugar al que llegué, tiene muchas posibilidades cinematográficas. Creo, además,
que lo que viví y de lo que me he dado cuenta tras mi recuperación merecen ser
conocidos a nivel mundial», asegura Alexander.
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