Hoy
escribo con inmensa tristeza porque se me ha ido un ser muy especial para mí,
mi perrito Barry.
Es
posible que haya personas que no comprendan que un "animal" pueda ser
la causa de tanta pena, pero seguro que es porque jamás los han mirado en su
interior y han visto todo lo bueno que aportan a nuestras vidas.
Con
estas líneas quiero rendir mi pequeño homenaje a ese ser que ha compartido casi
todos los momentos, buenos y malos, de mi vida familiar.
BARRY
30-XII-2002
- 12-V-2013
Le damos gracias a la vida
por haber permitido que formaras parte de nuestra familia, por haber disfrutado
contigo de tantos y tantos momentos maravillosos. Porque tu bondad ha hecho posible que de
nuestros corazones salieran sentimientos tan bellos que nos han dejado percibir
la grandeza de tu alma, porque Dios no puede haber creado una criatura con tantos
dones espirituales sin haberle dado un alma como la nuestra.
Aunque ahora la vida nos haya
separado, será una separación temporal, porque nos volveremos a unir para seguir
disfrutando por esos campos donde sólo imperan la libertad y el amor.
¡HASTA PRONTO!
¿POR QUÉ AMAR A LOS PERROS?
Porque lo dan todo sin pedir nada.
Porque ante el poder del hombre ... son indefensos.
Porque son eternos niños.
Porque no saben de odios ni guerras.
Porque no conocen el dinero y se conforman solo un techo donde guarecerse del frío.
Porque se dan a entender sin palabras.
Porque no saben de envidias ni rencores.
Porque el perdón es algo natural en ellos.
Porque saben amar con lealtad y fidelidad.
Porque no compran amor, simplemente lo dan.
Porque son nuestros compañeros y eternos amigos.
¡Por esto y mil cosas más, merecen nuestro amor!
Porque ante el poder del hombre ... son indefensos.
Porque son eternos niños.
Porque no saben de odios ni guerras.
Porque no conocen el dinero y se conforman solo un techo donde guarecerse del frío.
Porque se dan a entender sin palabras.
Porque no saben de envidias ni rencores.
Porque el perdón es algo natural en ellos.
Porque saben amar con lealtad y fidelidad.
Porque no compran amor, simplemente lo dan.
Porque son nuestros compañeros y eternos amigos.
¡Por esto y mil cosas más, merecen nuestro amor!
Y
Porque al amarlos como se merecen nos permiten estar más cerca
de Dios.
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