jueves, 15 de agosto de 2013

¿Gritos o susurros?



Qué verdad es que cuando interviene el corazón no hay necesidad de gritar porque te apetece hablar y que te hablen pegadito y bajito y, sin embargo, cuando queremos herir solemos distanciarnos para poder gritarle al otro todo lo que nos sale envenenado .

Venga… pensemos un poquito sobre esta fábula que, como casi todas, tiene una gran sabiduría.






Cuenta una historia tibetana, que un día un viejo sabio preguntó asus seguidores lo siguiente:
¿Por qué la gente se grita cuando están
enojados?

Los hombres pensaron unos momentos:
-Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos.
-Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?
–Preguntó el sabio– ¿No es posible hablarle en voz baja?
¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de
ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se
alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar,
para poder escucharse. Mientras más enojados estén,
más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro
a través de esa gran distancia.

Luego el sabio preguntó:
-¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan, sino que se hablan suavemente
¿Por qué? Sus corazones están muy cerca.
La distancia entre ellos es muy pequeña.
El sabio continuó –Cuando se enamoran más aún,
¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven
aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera
susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca
están dos personas cuando se aman.

Luego dijo:
-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen,
no digan palabras que los distancien más, llegará un día
en que la distancia sea tanta que no encontrarán más
el camino de regreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario