jueves, 28 de febrero de 2013

Benedicto XVI - Alfonso Ussía





EL PAPA



Alfonso Ussía

Arrastre los portlets debajo de este mensaje para anidarlos.
Soy un cristiano católico de seis Papas. Pío XII, vilipendiado. Juan XXIII, vilipendiado. Pablo VI, vilipendiado. De Juan Pablo I, al que no tuvieron tiempo para vilipendiar. De Juan Pablo II, vilipendiado y escarnecido porque su sola palabra, su resistencia y su fuerza nacida de la humildad y el espíritu, derribó el Muro y la mentira que gobernaba al mundo oprimido. Y Benedicto XVI, vilipendiado por su hondura teológica, su espiritualidad y su amor por los más humildes y necesitados. No he entendido nunca la importancia que conceden a los representantes de Cristo en la tierra los que no creen en Cristo ni en sus representantes. Una obsesión que devora sus argumentos para que terminen en convertirse en meros peleles de su animadversión. El Papa ha anunciado su renuncia porque le faltan fuerzas físicas y espirituales para seguir sirviendo a Jesucristo. Y los que más critican al Papa son los que desprecian a Jesucristo, al Papa y a la Iglesia. Se lo tendrían que ver.
Pío XII fue un gran Papa, inmerso en los años más duros y sangrientos de Europa. Era como un junco sabio y fuerte. Se le ha acusado de todos los crímenes morales y éticos. De ser partidario de los nazis. Hoy, los historiadores reconocen su incansable labor en pro de los judíos, de los perseguidos, de los desheredados. Juan XXIII representó la simpatía, la espontaneidad. Promovió el Concilio Ecuménico Vaticano II. Fue el Papa popular, amigo, sonriente, bueno, sencillo. Dios ante todo. Pablo VI, la bondad arrancada de la Curia. Más político, inteligente, pero siempre amparado en su condición de Padre de todos. Juan Pablo I, tan breve que hasta los más adversos le mantienen la simpatía del olvido. Se topó con un mes de borrascas imprevistas. Falleció con el susto del buen párroco que de golpe se topa con la inmensa responsabilidad de su roca. No le dio tiempo para nada. Cuando supe de su muerte, llamé a mi madre, muy religiosa. – Mamá, el Papa se ha muerto -; y mi madre, sorprendida respondió: - ¿Otra vez? -.
Juan Pablo II, el gran creyente de la Iglesia perseguida, alejado de la curia, el viajero, el ser humano que más amor ha recibido de cuantos han viajado por la piel de la tierra. Su palabra derribó el Muro, venció al comunismo sin más armas que su fe. El Papa viajero, herido , perseguido por la KGB, atormentado por el dolor físico que siempre superaba. Llegó de la tortura y nos enseñó a todos cómo el mejor Papa puede ser también el más valiente de los hombres.
Y Benedicto XVI. El intelectual, el hombre del saber profundo y grandioso. Siempre Dios antes que la música, a la que ensalzó como vehículo imprescindible de la serenidad que se precisa para alcanzar las nubes del infinito. El Papa de la espiritualidad y la inteligencia. Vilipendiado por nacer alemán en tiempos en los que ser alemán no se consideraba aceptable. El Papa del amor a los necesitados, del reclamo a la revolución de las conciencias, de la elementalidad suprema ante el Misterio. Se nos marcha, que no nos abandona, el Padre admirado que convierte en sencillez toda la grandeza de su sabiduría y su caridad. Se refugia, después de ser el jefe espiritual de miles de millones de personas diseminadas en todo el mundo, en un humilde y solitario sacerdote que reza en su soledad por todos nosotros, y por la paz. Por todos, he escrito, con especial amor, por los que lo desprecian. El Papa ha decidido, por su cansancio, que rezar por el mundo desde el amor de Dios es más importante que ser el Papa.




MONASTERIO MATER ECCLESIAE




MONASTERIO MATER ECCLESIAE





El convento de clausura fue construido en 1994 por voluntad de Juan Pablo II
Es ocupado cada cinco años por una comunidad de religiosas diferente

APOYO EN EL VATICANO




Me he empeñado en conocer mejor el funcionamiento del Vaticano, ya he ofrecido algunas pinceladas en este blog. La entrada que realicé hace unas semanas, sobre la guardia suiza (enlace), despertó el interés de seguir presentando la composición y actividades que allí se desarrollan. Poco a poco y de manera resumida iré intentándolo.






¿Sabíais que existe un monasterio de clausura en el Vaticano? Hace 15 años, por expreso deseo de Juan Pablo II, se creó el monasterio "Mater Ecclesiae".  Karol Wojtyla quería que su presencia fuese una fuerza de espiritualidad y plegaria constante, por el Papa y por la Iglesia entera. Juan Pablo II escogió que el monasterio fuese de clausura, compuesto por monjas de distintas nacionalidades que rezan siempre en latín y cantan gregoriano. Además de cultivar el huerto, se ocupan del talar blanco del Papa y del bordado de las mitras y estolas.





La relación que tienen con el Papa "es muy profunda y de una gran ternura".  Para evitar la impresión de favoritismos, el estatuto de "Mater Ecclesiae" prevé que las monjas se vayan alternando entre las diversas órdenes de clausura, después de una permanencia de cinco años. "




El convento es ocupado cada cinco años por una comunidad diferente. Han pasado por allí las carmelitas, las benedictinas y las clarisas."El todo unido al sacrificio de Cristo ofrecido por la Iglesia y por el Pontífice".






Las hermanas dedican una gran parte de la jornada a la oración: Liturgia de las Horas (laudes, tercia, sexta, vísperas, la nona y completas), misa, adoración al santísimo y rosario en comunidad, lectura espiritual y meditación de temas espirituales.



También cuentan con dos momentos llamados "de obediencia", para las eventuales comunicaciones a la comunidad de parte de la superiora. Dedican algunas horas a diversos trabajos de acuerdo con sus propias responsabilidades.   Tienen momentos de descanso y recreación después del almuerzo y la cena respectivamente. A diario realizan su examen de conciencia y concluyen con el rezo de las completas.






Descubren una misión específica con los sacerdotes : "Acogerlos, (a los sacerdotes) cuando vienen a pedirnos oraciones o a contarnos sus dificultades". Las religiosas aseguran que cada día hacen una oración especial por ellos: "por los santos, por quienes son menos fervorosos, por quienes sufren o son tentados, por los que nos ayudan con su vida ejemplar administrándonos los sacramentos",



El 24 de noviembre de 2009 Benedicto XVI dio públicamente la bienvenida a la nueva comunidad de religiosas que vivirán en el monasterio de clausura del Vaticano durante los próximos cinco años.  Se trata de ocho contemplativas (siete españolas y una italiana) de la Orden de la Visitación de Santa María, comúnmente conocidas como "salesas" o "visitandinas", fundadas por san Francisco de Sales (1567-1622) y santa Juana-Francisca Fremyot de Chantal (1572-1641), el 6 de junio de 1610.  La comunidad sustituye a las siete religiosas benedictinas que habían vivido en el monasterio de clausura "Mater Ecclesiae".



El Papa dio las gracias no sólo a estas religiosas, sino a todas las mujeres que en el mundo se dedican a la oración y renovó "a todos la invitación de apoyarlas en sus necesidades".