sábado, 29 de marzo de 2014

Coletillas en inglés




Mientras a los “Spanish people” no se nos vaya el complejo de querer decir todo en otra lengua, sea la que sea y en particular el inglés, de la manera más perfecta, no seremos capaces de expresarnos en otra  lengua que no sea la nuestra.
Aprendamos de los extranjeros que, aunque hablen como los indios, sin ánimo de ofender, se lanzan, nosotros les entendemos, y, al final, acaban hablando bien.

 




Las «pet words» son una alternativa para disimular las carencias lingüísticas
Ya sabemos que el inglés no es el punto fuerte de los españoles. Apenas uno de cada cuatro asegura que es capaz de hablar y escribir en la lengua de Shakespeare, según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que en su barómetro de febrero del 2014 se preguntó a los ciudadanos sobre sus habilidades lingüísticas.
Incluso los que creen que saben pueden verse envueltos en una situación incómoda cuando un nativo se dirige a ellos y no son capaces de responder. Antes de entrar en pánico y quedarnos mudos, tenemos otras alternativas: las pet words o coletillas, una alternativa para disimular las carencias lingüísticas. «Las pet words o coletillas, como se diría en español, son las mejores aliadas para salir del paso ante una conversación en inglés, sin embargo un uso continuado de las mismas demuestra una falta de dominio en el idioma», explica Andrés Moreno, CEO de Open English, que nos da quince ejemplos de palabras para salir del paso:
1. Of course: por supuesto. Para mostrar que estamos totalmente de acuerdo con lo que nos dice nuestro interlocutor. Su versión negativa es «of course not», es decir, por supuesto que no.
2. That’s right: eso es verdad. También se suele decir acompañado de «ok», y se usa para expresar que algo es correcto. La expresión «that’s fine» es parecida, y su traducción literal es está bien.
3. Definitely: definitivamente sí. En su lugar podemos usar otras palabras que significan lo mismo, como «sure» o «absolutely».
4. Don’t worry: no te preocupes. Muchas veces se usa acompañado de la frase «it doesn’t matter», para decir no te preocupes, no importa o «I don’t mind», no me importa.
5. I’m in a hurry: la traducción literal es «estoy en una prisa», aunque el significado correcto es tengo prisa. Otra opción es usar «I’m late», es decir, voy tarde o llego tarde.
6. Me too: yo también. La frase contraria es «me neither», yo tampoco.
7. Don’t you?: ¿no? ¿no crees? Es una manera de convencer a tu interlocutor de que adopte tu misma postura sobre el tema de conversación. La versión completa, aunque menos coloquial, es «don’t you think?».
8. Great! Cool!: corresponden a nuestros ¡genial! y ¡guay! respectivamente. Se usan para afirmar que algo nos gusta de una manera efusiva. Otra expresión parecida es «Wow», que en español sería «guau», para expresar sorpresa.
9. Just kidding: sólo bromeaba. Otra forma de decirlo es «only joking», aunque la primera es muy usada coloquialmente, entre amigos y familiares en un ambiente distendido.
10. That’s funny: se usa para decir que algo es gracioso o divertido. Otra forma de decirlo es «it is so much fun».
11. I think so: creo que sí. Una expresión parecida es «I hope so», que significa eso espero.
12. Really?: ¿de verdad? Es una forma de manifestar sorpresa, de la misma manera en la que en español diríamos ¡no me digas! O ¿en serio? También se puede decir «seriously?».
13. I mean: es el correspondiente al o sea español, para hablar de algo que ya ha sido mencionado y que se quiere aclarar.
14. I see: ya veo, entiendo. Se usa para mostrar que hemos entendido una explicación.
15. Y por último, cuando un turista te hable y no sepas qué hacer, siempre puedes recurrir al típico «Welcome to Spain!».


El derecho de manifestación



Como se puede ver por este artículo, no hay que hacer más leyes para estos casos lo que hay que hacer es aplicar las que ya tenemos que están son suficientes para regular toda clase de manifestación popular.   
Lo que pasa en este país es que parece que siempre tienen más derechos los llamados “alborotadores/destrozadores” que, además seguro que cobran por ser tan cafres, que el ciudadano de a pie que, a la postre, es el paganini en todos los sentidos de estos desaguisados.
Apliquénlas ya!!!!!




El Derecho de manifestación; por Ramón Rodríguez Arribas, Exvicepresidente del Tribunal Constitucional 

El día 26 de marzo de 2014, se ha publicado en el diario ABC, un artículo de Ramón Rodríguez Arribas, en el cual el autor opina sobre los derechos de reunión y manifestación.

El DERECHO DE MANIFESTACIÓN
Fue en mayo de 1973, en un viaje a Londres, cuando asistí a un edificante espectáculo de democracia. Estábamos en Trafalgar Square cuando vimos una manifestación que circulaba por una de las calles próximas a la plaza. Una fila de bobbies, con sus tradicionales uniformes, caminaba lentamente por la calzada junto al encintado de la acera, y por ella marchaban un centenar de personas portando pequeñas pancartas, así como coreando sin estridencia frases de protesta de forma intermitente. Pensé que se debería llevar a España tal ejemplo de civismo, libertad y respeto a los demás, y así me ocupé de comentarlo a mi regreso.
Cierto es que no todas las manifestaciones en Inglaterra son tan tranquilas; en agosto de 2011 la lamentable muerte de un joven de raza negra en Tottenham, por disparos de la Policía, desató unos graves disturbios, con daños, asaltos e incendios. También ha de recordarse que en aquella ocasión la enérgica acción de la Policía metropolitana reprimió sin contemplaciones a los revoltosos, con más de tres mil arrestados, que fueron juzgados con gran celeridad por los tribunales londinenses, imponiendo, en menos de un año, en unos casos crecidas multas que siempre se pagan, y en otros, penas de cárcel que no se perdonan nunca, porque en una verdadera democracia los excesos en el uso arbitrario de un derecho no se pueden tolerar.
En España la Constitución de 1978 nos trajo felizmente, entre otros, el reconocimiento del derecho de reunión y manifestación con la máxima amplitud, sin “autorización previa”, como dice el artículo 21 CE, pero con límites, porque todos los derechos los tienen para hacer posibles los derechos de los demás. Los únicos que no tienen límites son el tirano y los pequeños tiranuelos que hacen lo que les viene en gana sin sujeción a norma jurídica alguna.
Los límites de este derecho son que la reunión o manifestación sea “pacífica y sin armas” en todo caso y que se comunique previamente a la autoridad en el caso de que se vaya a celebrar en “lugares de tránsito público”.
Para entender qué es una reunión o manifestación pacífica, lo más útil es analizar cuándo no lo es; pues bien, no puede considerarse pacífica la que, aunque comience con normalidad, acaba con la quema de contenedores y cajeros, la rotura de escaparates y el enfrentamiento con la Policía, sin que modifique esta condición no pacífica la atribución de esos actos de vandalismo a una minoría descontrolada, porque esas circunstancias no se dan en las manifestaciones verdaderamente pacíficas, como, por ejemplo, las de las víctimas del terrorismo, y tampoco son manifestantes pacíficos los que no denuncian a los violentos y no abandonan la manifestación cuando comienzan a actuar los que ejercen la violencia.
Por otra parte, cuando se habla de que la reunión o manifestación ha de ser “sin armas”, casi siempre se piensa en las de fuego, pero la verdad es que también lo son y convierten el acontecimiento en ilegal si algunos de los participantes llevan navajas, puños americanos, cadenas, palos, piedras, tiradores con bolas de acero, bates de béisbol, botellas de gasolina o cualquier otro instrumento cortante, punzante, contundente, arrojadizo o inflamable, capaz de causar lesiones o daños.
Todo lo dicho vale para las reuniones y manifestaciones que se vayan a celebrar en lugares que, privados o no, no lo sean de tránsito público. Cuando la concentración o manifestación se va a producir en una calle, plaza, carretera, autopista y cualquier otro espacio por donde los ciudadanos -también los que no se manifiestan- tienen derecho a circular “libremente”, según el artículo 19 de la Constitución, es necesario “comunicarlo” previamente a la autoridad, que solo podrá prohibirlo (pero quede claro que las manifestaciones se pueden prohibir legítimamente), sean comunicadas o no, “cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes”; esto es, por ejemplo, cuando se prevé, por la experiencia de lo que ha sucedido en otros casos similares, que se van a producir algaradas o cuando los fines anunciados por los propios convocantes son claramente ilegales, como, también por ejemplo, asaltar o impedir el acceso a un edificio oficial o privado, ocupar de manera permanente e indefinida el espacio público, derribar un gobierno legítimamente elegido, subvertir las instituciones constitucionales, impedir el cumplimiento de las leyes o la ejecución de las sentencias judiciales y acabar con el sistema político democrático.
Hasta aquí lo que viene a decir la Constitución sobre el derecho de reunión y manifestación, lo que es de aplicación directa y por encima de cualquier otra norma. Pues bien, solo con la Constitución, entendida a la luz del común sentido, cualquier observador de buena fe descubre, con toda facilidad, tanto que la mayoría de las manifestaciones que se producen en España son ejercicio legítimo de un derecho constitucional como cuáles otras no lo son, sin perder de vista que, aunque estas últimas sean estadísticamente minoritarias, no pueden minimizarse, y menos ejercitar la compresión con sus instigadores, organizadores y participantes activos, no solo por su naturaleza antijurídica, sino porque pudieran tener un origen y unos fines, comunes, dirigidos a la desestabilización de nuestras instituciones democráticas. En ello nos jugamos mucho todos.

martes, 25 de marzo de 2014

Que no medicalicen tu vida




No puedo estar más de acuerdo con esta iniciativa. 

Pánico y tristeza me da ver a algunos de mis amigos cuando vienen del médico con 15 ó 16 medicinas que lo único que les hacen es ponerles peor porque, como dice el dicho popular, “lo que es bueno para el bazo es malo para el espinazo” y además muchas de ellas son repetitivas, quiero decir que, según la farmaceútica que lo fabrica sirven para lo mismo.

Habrá que tener este artículo muy en cuanto de ahora en adelante.





'QUE NO MEDICALICEN TU VIDA'



·         La OCU lanza una campaña contra la prescripción innecesaria de fármacos

·         La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto en marcha la campaña Que no medicalicen tu vida, con el objetivo de denunciar la prescripción "innecesaria" de fármacos y la creación de enfermedades "inexistentes" para promover el uso de los medicamentos.
·         La campaña ha sido presentada este martes por la portavoz de OCU, Iliana Izverniceanu; la responsable del departamento de Alimentación y Salud de OCU, Ana Sánchez; el médico general perteneciente a la asociación científica sin ánimo de lucro de investigación en Atención Primaria (CESCA), Juan Gervás; el miembro del movimiento Nogracias, Carlos Ponte; y el médico de Atención Primaria, Rafael Bravo.
·         Todos ellos han criticado la "excesiva medicalización de la sociedad actual", un problema que lo han achacado tanto a los pacientes, como a los profesionales sanitarios y a la industria farmacéutica, alimentaria y tecnológica. Y es que, a su juicio, se está intentando medicalizar a personas "sanas" poniendo como "excusa" la existencia de enfermedades que "no existen".
·         "Los momentos de estrés o de tristeza se están convirtiendo en patologías con el objetivo de vender más medicamentos o pruebas diagnósticas que no tienen base científica de que van a aportar un beneficio al paciente. Con la idea de comercializar más fármacos se están inventando patologías en ciudadanos sanos", ha aseverado Izverniceanu.
·         Por este motivo, la OCU ha lanzado esta iniciativa con la que, según ha informado Sánchez, se pretende evitar la "prevención excesiva", las pruebas médicas "innecesarias" y, al mismo tiempo, fomentar la prescripción efectiva de los medicamentos y la transparencia en las relaciones entre la industria farmacéutica y los demás actores implicados en el uso de los medicamentos.
·         Y es que, según ha comentado esta experta, cuando se prescribe un fármaco "casi nadie" se pregunta si realmente es necesario tomarlo, si se conocen los riesgos que puede tener su consumo, las alternativas terapéuticas que existen, si pasa algo si no se usa o cuál es el coste real de dicho fármaco.

·         'Se hace gasto, se daña y se engaña'

·         "Con la medicalización se hace gasto, se daña y se engaña", ha asegurado Gervás, quien ha comentado la necesidad de "desinvertir" en determinadas pruebas diagnósticas, como por ejemplo las mamografías, al creer que se hacen "muchas" que no son necesarias y que no se realizan de una forma "equitativa".
·         Estas declaraciones han sido corroboradas por Ponte, quien ha avisado de que las sociedades con economías "florecientes" tienen una mayor sensación de enfermedad. "Cada uno de nosotros nos sentimos portadores de una o dos enfermedades y esto se debe a que estar enfermo es un negocio y, por eso, nos quieren tener enfermos", ha recalcado.
·         Asimismo, Bravo ha recordado la 'Iniciativa por prescripción prudente' puesta en marcha hace "unos años" por diferentes profesionales sanitarios que, entre otros asuntos, destaca la importancia de que los médicos se tomen de una manera "más seria" la prescripción y de que sopesen los beneficios y riesgos de los medicamentos antes de prescribirlos a un paciente.
·         Finalmente, la OCU se ha adherido al movimiento internacional Selling Sickness que denuncia los "crecientes abusos" en la ciencia médica y la atención sanitaria y exige el "fin de la promoción o comercio de enfermedades promovida por la industria que manipula los problemas de salud y generan importantes daños mediante prácticas que llevan a medicalizar la vida cotidiana y a engañar a los profesionales y al público".