Tres
frases del Papa Francisco que encierran la verdadera visión de lo que debe ser
la Navidad y el comportamiento en general de todos los cristianos.
Empezaremos
por la que dice:
El Papa pide a la Curia Romana
que evite «cotilleos» pues dañan el trabajo.
Este
comentario se puede extrapolar a todos nosotros, lo que pasa es que es normal
en este papa que se lo pida primero a los que tienen que dar ejemplo, no en
balde son los nominados como la “primera división” del mundo cristiano.
Seguiremos
con esta otra:
Francisco: «Con la comida que
se tira se podría alimentar a todo el mundo»
Qué
verdad tan tremenda y cuantos propósitos (sobre lo de no tirar nada y utilizar
todo lo que nos sobra) nos hacemos cuando visitamos cualquier país adonde la
pobreza extrema está tan enquistada.
Luego, lamentablemente, en cuanto pasan unos días de nuestra vuelta a
casa la vorágine que nos rodea hace que olvidemos estos propósitos que deberían
llenar por completo nuestras vidas, para que siempre recordemos que la “suerte”
es la que ha hecho que tengamos tanto y otros tan poco.
Y
acabaremos con:
El Papa pide esfuerzos para
«que todas las familias puedan tener una casa»
Si
el tener los alimentos básicos es necesario para todo ser humano, no menos importante
es el poder disponer de una vivienda digna que permita albergar no sólo los
cuerpos sino también las vidas de tanta y tanta gente que malvive entre el fango
y la humedad. Cuánto frío y calor
innecesarios y cuántas enfermedades se evitarían, si los gobiernos dieran
respuesta a lo que el Papa pide.
Hagámonos
un propósito para el 2014 y luchemos por conseguirlo, bien por nosotros mismos
(si nuestras posibilidades económicas lo permiten), bien instando, a través de
los medios que sean necesarios, a que los gobiernos de cada país dé respuesta a
estas dos últimas cuestiones, es decir, el hambre y la vivienda.
Seguro
que si nos lo proponemos podremos avanzar y mejorar estas circunstancias.
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