El elefante y la soga
Mientras alguien paseaba por el zoológico, se detuvo confundido al
darse cuenta de que a los elefantes sólo los retenían con una delgada
cuerda atada a una de sus patas delanteras, sin cadenas ni jaulas. Era
obvio que los elefantes podían romper la soga que los ataba en cualquier
momento pero, sin embargo, por alguna razón no lo hacían. Se acercó a
un entrenador en busca de respuestas y éste le dijo:
Bueno,
cuando son muy jóvenes y mucho más pequeños, usamos una soga del mismo
tamaño para atarlos y, a esa edad, es más que suficiente para
retenerlos. A medida que crecen -prosiguió el entrenador-, siguen
creyendo que no pueden escapar; creen que la soga aún los retiene, así
que nunca intentan liberarse.
La persona quedó boquiabierta. Los elefantes podían liberarse de sus
ataduras en cualquier momento pero porque creían que no podían ni
siquiera lo intentaban, y eso era suficiente para mantenerlos
paralizados.
MORALEJA
Al
igual que los elefantes, nosotros solemos sostener firmemente la idea
de que no podemos hacer algo simplemente porque hemos fallado una o dos
veces.
A este efecto negativo de algo se le conoce como Efecto Pigmalión:
cuando alguien cree que no es capaz de lograr cierto objetivo, su
autoestima disminuye y, en consecuencia, deja de intentarlo y se vuelve
menos capaz de lograrlo. Cualquiera que tenga autoestima (alta o baja)
lo entenderá. Por ejemplo si tu tienes tu autoestima alta sabes que no
te das por vencido tan fácilmente, si fracasas en algo siempre lo
intentas de nuevo hasta que lo logras, tratas de cumplir siempre tus
metas. Por otro lado, si tienes poca autoestima te conformas con lo que
tienes y nunca o pocas veces aspiras a más, eres sumiso(a) y no tienes
iniciativa.
Pero bueno, volviendo al tema, existe tambien un Efecto Pigmalión Positivo:
que se aprecia cuando la persona tiene fe en si misma o en su destino
(aunque sea incapaz); en estos casos, la autoestima aumenta, la persona
se esfuerza más y mejora su capacidad para lograr su objetivo.
Por
supuesto, los elefantes no saben eso -tampoco saben que Pigmalión fue
un personaje mitológico que se enamoró de una estatua de su propia
creación-. Pero nosotros (ahora) sí, y la próxima vez que nos
encontremos frente a una situación difícil, de "no puedo" podamos
recordar a un elefante atado a una delgada soga casi imaginaria de la
que, evidentemente, si lo intenta logrará liberarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario