Ya que estamos teniendo un verano un poco
atípico, es decir, pasamos de los 40º a los 25º en menos que canta un loco, tomémoslo
con paciencia y mientras tanto sonriamos con este chiste.
La empleada del hogar, llorando, coge su maleta y se va a despedir de su patrona...
— A dónde vas? -preguntó la señora.
— Me voy a mi pueblo, a morir cerca de los míos.
— Pero, ¿qué te pasa?, ¿por qué dices eso?
— Señora, usted misma dice que su marido es un gran médico y
nunca se equivoca en sus diagnósticos...
— Y es verdad, él nunca se ha equivocado en un diagnóstico... Pero, ¿qué tiene que ver eso contigo?
— Pues es que esta mañana, cuando le estaba poniendo el desayuno, el señor me apretó el culo y me dijo:
"De esta noche no pasas".
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